Cuándo vas a dejar de fumar",
"te falta voluntad", "no dejás porque no querés",
son algunas de las frases del repertorio que los fumadores están
acostumbrados a escuchar. Sin embargo, cómo se hace, o por dónde
empezar, no son preguntas que suelan obtener respuestas claras. Ahora,
un
nuevo manual de autoayuda publicado por el Ministerio de Salud de la Nación llega al auxilio de la incertidumbre, informó
Tiempo Argentino.
El texto cuenta de forma amena, sencilla y didáctica por dónde
comenzar, y cómo continuar. Además brinda consejos, y acompaña al
fumador a ser protagonista en el proceso de liberarse de la adicción al
tabaco.
El manual, de
35 páginas, que ya está disponible en la página web del
Programa Nacional de Control de Tabaco
se trata de una versión
actualizada de un manual publicado en 2005. "En aquel entonces, no
existían las guías de prácticas clínicas para la cesación tabáquica.
Ahora es mucho más amigable y accesible a todos y
pretende dar apoyo a aquellos fumadores que tienen ganas de dejar el
cigarrillo y quieren hacerlo sin ayuda profesional, o medicamentos, y
que son la mayoría, casi un 90%", dijo Jonatan Konfino, coordinador del Programa Nacional de Control de Tabaco de la cartera sanitaria nacional, en diálogo con Tiempo Argentino. El experto también destacó que el manual también será distribuido en los centros médicos en los próximos meses.
El documento
propone planes para que cada uno cree su propio sistema,
utilizando ideas y sugerencias de otras personas que ya lo lograron, y
plantea el autoexamen de situación de cada fumador en particular, esto
puede hacerse a través de completar el formulario "
Mis motivos personales para dejar de fumar",
tablas de pro y contra, test de dependencia física a la nicotina,
planillas de consumo diario, y una infinidad de consejos como el de
reforzar los beneficios que se obtendrán al no fumar, calcular el gasto
mensual que genera, o vivir en ambientes libres de humo.
"Quien desea dejar de fumar no debe desalentarse si es que no le han
dado resultado las recomendaciones que se le han hecho. La cuestión es
si lo ha hecho en el momento apropiado y con la frecuencia necesaria.
Así
como una medicación necesita que se tome con cierta frecuencia, durante
cierto tiempo y en ciertas dosis, los cambios en nuestra conducta
también", sostuvo Konfino.
De acuerdo a la
Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos realizada por la cartera sanitaria y el Indec en 2012 (recomendada por la Organización Panamericana de la Salud), el
89,2% de las personas que dejaron de fumar, lo hicieron sin ayuda;
el 3,1% utilizó medicamentos, el 2,8% recurrió a alguna terapia
alternativa, el 2,3% a parches o chicles, y el mismo porcentaje a un
servicio especializado. Si bien
este dato resulta alentador para todos aquellos que están pensando en dejar el cigarrillo,
es importante destacar que cada persona necesita una preparación
distinta para su cesación tabáquica, y muchos requieren de la consulta
con especialistas para recibir un tratamiento integral. Según esta
encuesta, más de 700 mil argentinos dejaron de fumar desde 2009, año en
el que se hizo la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR).
La actualización del Manual de Autoayuda se complementa con otras
estrategias del Ministerio de Salud de la Nación, como las que se
desprenden de la Ley Nacional de Control del tabaco: la
línea gratuita 0800 999 3040,
la capacitación a equipos de salud de todo el país, las campañas de
comunicación y promoción y las advertencias sanitarias en paquetes de
cigarrillos.
Decidir la fecha y no cambiarla
Poner fecha. El día para dejar de fumar no es conveniente que se
elija en forma apresurada, pero tampoco debe postergarse demasiado. Lo
mejor es elegir un día dentro del próximo mes. “Una vez que usted se ha
comprometido con el día para dejar de fumar, deje de buscar excusas o
razones para no hacerlo. Haga todos los preparativos necesarios hasta
llegar al día. Es importante que Ud. empiece a visualizar esa fecha y se
mentalice que ese día dejará de fumar. Piense que día de la semana le
resultaría más conveniente”.
Buscar la contención familiar
Contención familiar. El fumador necesita contar con la contención de
su familia. Para dejar de fumar es necesario hacer cambios que incluyen a
los demás. Es importante tener en cuenta quiénes lo rodean, quiénes
pueden ayudarlo y quiénes no. “Si convive con otros fumadores debe
comentarles que usted quiere dejar de fumar, que no le conviden ni dejen
paquetes de cigarrillos a la vista, y liberen el ambiente de humo de
tabaco. Es importante avisarles que (...)es probable que esté de humor
diferente, algo irritable”.
La tabla para contar el ahorro
Calcular el gasto. Una de las formas para abandonar el vicio es
calcular el gasto que ocasiona la compra de paquetes de cigarrillos, por
día, por mes y por año. El manual propone calcular cuánto dinero se
ahorrará al dejar de fumar y planificar qué hará con ese dinero. También
ayuda hacer una tabla de pros y contras de dejar de fumar en la que se
evalúen consecuencias del cambio para sí mismo y para los demás. Estar
preparado, significa que los pros puedan superar a los contras.
Detección temprana, el desafío
"Cuando se prende un cigarrillo, se activan más de 40 carcinógenos
entre los 4000 químicos contenidos en el tabaco, que se depositan en la
vía aérea", explica Claudia Bagnes, médica a cargo de Oncología del
Hospital Enrique Tornú. El consumo de tabaco es uno de las principales
causas de cáncer de pulmón, diagnosticado anualmente en 1,6 millones de
personas en el mundo y a 9800 en la Argentina. Al conmemorarse ayer el
Día Mundial Contra el Cáncer de Pulmón, los especialistas destacaron que
el desafío consiste en detectar la enfermedad en forma precoz, para que
el paciente tenga un mejor pronóstico.
"Pese a lo complejo y mortal que es este cáncer, el más mortal de
todos, la prevención es de lo más sencilla: no fumar", sentencia Peter
Czanyo, paciente y fundador de la Fundación Pacientes Cáncer de Pulmón.
"En mi caso, yo fumaba, y cuando en 2003 fui a un hospital por un
problema de colesterol, me hicieron una placa y apareció un punto
extraño: era adenocarcinoma. El tratamiento comenzó con una cirugía en
la que me extirparon medio pulmón y me detectaron daños pulmonares por
haber sido fumador tantos años."
A corto y largo plazo
20 minutos: Normalización de la presión arterial y frecuencia cardíaca. Mejora la temperatura y circulación de las manos y pies.
8 horas: La nicotina de la sangre baja y aparece la abstinencia.
12 horas: Aumentan en la sangre los niveles de oxígeno. Desaparece el cansancio durante el día y el embotamiento al despertar.
24 horas: Mejora el funcionamiento de las venas de todo el organismo.
48 horas: Comienza la normalización del olfato y el gusto.
72 horas: Hay mejoría de la sensación de falta de aire y mejor funcionamiento de los bronquios.
5- 8 días: Algunas personas presentan tos y expectoración como manifestación de vitalidad recuperada.
10 días a 2 semanas: Se normaliza la circulación en las
encías y dientes. Disminuye el riesgo de caries y de pérdida de piezas
dentarias.
2 - 4 semanas: Mejora el colesterol. Las arterias se siguen
revitalizando y disminuye el riesgo de enfermedad coronaria. Vuelven a
funcionar bien las plaquetas y la coagulación.
2 semanas a 3 meses: Disminuye el riesgo de padecer un infarto del corazón. Mejoran los pulmones.
3 semanas a 3 meses: Mejora continua y cada vez más profunda
de la circulación. Facilidad para caminar con mejor ritmo. Mejoría
notoria o desaparición de la tos crónica.
1 a 9 meses: Menos sensación de congestión nasal y fatiga.
Mayor energía corporal. Menor chance de infecciones respiratorias.
Mejora de la función de las arterias de todo el organismo. Disminuyen
los valores de las escalas de estrés.
Un año: Disminución a la mitad del riesgo de enfermedad coronaria, infarto agudo de miocardio, y accidente cerebrovascular.
5 a 10 años:El riesgo de accidente cerebro vascular es comparable al de un no fumador.
10 años: Disminución del riesgo de aparición de cáncer de
pulmón de entre el 30% y el 50% comparado contra quien siguió fumando.
5 años: El riesgo de enfermedad coronaria es comparable al de una persona que nunca fumó.
20 años: El riesgo aumentado de morir por causas vinculadas
al tabaquismo, incluyendo enfermedad pulmonar y cáncer, se equipara a si
nunca hubiese fumado.