El gobernador Juan Ramírez de Velazco, el 19 de agosto de 1588, entregó estas tierras en merced, a uno de los cofundadores de Córdoba, el general Alonso de la Cámara.
Treinta años después, el alférez real, José de Quevedo compró estas tierras y dándole un fuerte impulso a la ganadería las convirtió en una importante estancia, la cual aparentemente es rebautizada con el nombre del patriarca San José. Como era habitual en la época dispuso todo lo necesario para que el establecimiento tuviera su propio oratorio.
Su nieto, el capitán don Francisco de Quevedo, el 28 de febrero de 1721 las vendió al general Ignacio de Ledesma Ceballos.
En un prolijo trabajo sobre esta capilla, el canónico Juan Trifón Moyano, quien fuera cura párroco en la Punilla por un largo período, se refiere a la posibilidad de distinguir dos manos distintas y dos épocas en su construcción: "la primitiva", construida por asperones ligados por argamasa que quemaban los indios en pequeñas hornallas de pirca seca entre los cuales colocaban en estrados por orden, leña, taquilla, terrones de caliza, varias veces superpuestos, a los que le daban fuego, resultando mal cocida la cal y la argamasa granulada. No obstante, por su calidad cualquier construcción formaba con el tiempo un monolito. La segunda o ensanche , construida de piedra y adobes quemados y argamasa de cal y mármol, quemada en hornos de bóveda y arena, en correspondiente proporción.
http://www.santamariadepunilla.gov.ar/sanjose.html
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