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sábado, 16 de noviembre de 2013

Mal de Chagas, una de las deudas más urgentes en salud

En 1909, el doctor brasileño Carlos Chagas descubrió la enfermedad que lleva su nombre y, además, que el vector que transmite el parásito tripanosoma cruzi causante de esa patología es la vinchuca. Por Virginia Poblet.

En 1928, el doctor argentino Salvador Mazza alertó que este insecto se alojaba en las casas hechas de paredes de barro y techos de paja y que la solución radicaba en mejorar la calidad de vida de sus habitantes mediante el cambio de los materiales de sus viviendas y el acceso al agua potable. A las autoridades provinciales, esta pretensión les pareció una locura y los propios infectados descreían que ese bicho, con el cual convivían, fuera el culpable de sus dolencias.
La fumigación es un aspecto importante a mantener por parte del Estado.
La vinchuca pica de noche, no le gusta la luz y por lo tanto es difícil detectar el momento en que lo hace. Cuando pica defeca, transmitiendo a través de sus heces el tripanosoma cruzi. Los primeros síntomas (vómitos, diarreas, fiebre, sarpullido) pueden confundirse con otras enfermedades.
En etapas crónicas o más avanzadas, la enfermedad puede manifestarse en cardiopatías, aumento del tamaño del bazo e hígado, provocando algunos síntomas como palpitaciones, fatiga, piernas hinchadas, mareos, pérdida de conocimiento, entre otros. Pero eso ocurre dos décadas después del contagio. Hoy, luego de 85 años de la alerta del doctor Mazza, la situación está empezando a cambiar.
En movimiento
A partir de 2011 se comenzó una política activa en el control y prevención de la enfermedad. Como la principal vía de transmisión es la vinchuca, es preciso controlar que el vector se mantenga lejos y en número reducido para que no pique más, puesto que eliminarlo es imposible.
En los últimos dos años, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha certificado que en seis departamentos de Santiago del Estero hasta ahora una de las provincias con más infectados por picaduras de vinchucas se ha interrumpido la transmisión vectorial del Chagas. Misiones, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro, Neuquén, La Pampa, Santa Fe, La Rioja, San Luis, Salta y Catamarca están próximas a lograr ese status.
“El Mal de Chagas es una enfermedad endémica de carácter socioambiental. Desde esta Dirección, en el Ministerio de Salud de la Nación brindamos apoyo operacional, administrativo y económico. Trabajamos en salud federal y con vectores locales, propiciando el marco teórico y monitoreando lo que se realiza.
La labor cotidiana corre por cuenta de las autoridades y los actores locales, que son quienes conocen la realidad del lugar”, resume el doctor Héctor Coto, Titular de la Dirección de Enfermedades Transmisibles por Vectores, creada en 2009. Para lograr resultados, se debe educar a los pobladores para que comprendan la importancia de mejorar las viviendas, tapar grietas de las casas para que la vinchuca no anide, mantener los corrales limpios y alejados de los hogares, realizar chequeos médicos, hacer muestreos en bancos de sangre y capacitar a profesionales para que el paciente sea diagnosticado en tiempo y forma. Tareas nada sencillas, ya que, entre otras razones, a los pobladores aún les resulta difícil entender que ese insecto tan común los pueda enfermar.
En la Asociación Lucha contra el Mal de Chagas cuentan que muchos pacientes, de chicos, agarraban a las más gorditas que se hinchan después de alimentarse para jugar a las bolitas. “No le temen a la vinchuca. En el monte santiagueño hay gente que no tiene ni luz, ni agua, ni TV, ni acceso a la educación, entonces no le tiene miedo a un bicho, ¡si están rodeados de bichos! Le tienen miedo a una araña, a una culebra que los puede matar en minutos. El Chagas para ellos no es una enfermedad mortal porque es silenciosa y lenta. La gente piensa en el presente, no en el mañana; tienen que darle algo de comer a la familia hoy. Por más que uno le diga que ese bicho trae una enfermedad terrible, si no la tienen incorporada como una causa de muerte inmediata, no van a hacer ninguna acción para evitarla”, cuenta Sonia Tarragona, Directora General de Mundo Sano, una de las pocas ONG que desde 1994 trabaja con los pobladores realizando estudios antropológicos, biológicos y médicos para la prevención de enfermedades desatendidas.
De un lugar a otro


Tener al vector bajo control y los bancos de sangre limpios no son la única solución. Además de contraerse mediante la picadura de una vinchuca infectada o mediante transfusión de sangre también infectada, el mal de Chagas Mazza se transmite de madre a hijo. Por eso, desde 2007, el análisis para detectarlo en embarazadas es obligatorio.
Aquí surgen otras aristas: muchas mamás migraron de su tierra natal, sin saber que estaban enfermas, hacia otro lugar que no es hábitat natural de la vinchuca, y por lo tanto los profesionales saben poco y nada acerca del tratamiento que tienen que llevar a cabo.
“En el Gran Buenos Aires hay más casos de Chagas que en Santiago del Estero”, dice Tarragona. Si bien el procedimiento es sencillo tomar una pastilla diaria durante 60 días, todavía son pocos los médicos que lo saben y mandan a las pacientes al infectólogo o al cardiólogo, y es muy posible que no se le detecte nada, ya que la dolencia puede tardar 20 años en manifestarse.
Además, un gran número de afectadas vive en zonas rurales o alejadas y durante el embarazo se atienden en los pequeños centros de salud cercanos, y luego van a parir al hospital.
“El obstetra del hospital no tiene la historia clínica de esa madre, entonces no le hace el análisis al bebé y se pierde una excelente oportunidad para hacerle el tratamiento al recién nacido. Por eso estamos viendo el modo de que haya comunicación entre los centros de salud y los hospitales. También estamos trabajando para que haya referentes de Chagas en los hospitales. Esto debería poder atenderse en salud primaria”, explica Sonia de Mundo Sano.
Crear conciencia

Descubierta hace ya más de 100 años, fue tan desatendida a lo largo de su historia que muy pocos saben qué es y cómo se trata esta enfermedad. Vera Nazarian, fundadora de la Fundación Iniciar for Global Action, se propuso la titánica tarea de concientizar acerca de esta dolencia mortal que padece mucha gente.
“Buscamos construir puentes entre el sector público y el privado. Esta es una enfermedad que involucra problemas de salud, de derechos humanos y de medio ambiente, por eso conectamos expertos para que dialoguen entre sí, antropólogos, científicos, médicos y procuramos involucrar a los miembros de las comunidades”, enumera Nazarian con entusiasmo.
Su fundación fue la organizadora de la primera Maratón contra el Chagas, realizada en junio de 2012 en la Ciudad de Buenos Aires.
La próxima será el 25 de agosto de este año, donde se darán folletos explicativos y charlas para toda la familia y, por supuesto, se repetirá año tras año. Además, el 29 de abril pasado organizó la jornada interdisciplinaria “Chagas, conciencia para todos” en conjunto con Manlab, Chagas Disease Alliance/Todos Frente al Chagas, la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de Pilar, en el campus de la Universidad del Salvador de Pilar. Biólogos, cardiólogos, investigadores y enfermeras expusieron sus puntos de vista, y escucharon y respondieron preguntas. Entre los presentes había chicos de escuelas públicas y privadas.
“La intención fue informar, concientizar, actualizar y que los concurrentes no sólo debatieran con los oradores sino que salieran con más interrogantes y comenzaran a investigar”, cuenta Nazarian. Por otra parte, entre el 15 y el 19 de abril se realizó en Cochabamba, Bolivia, la “Semana Chagas - Enfermedad Desatendida”.
Se trató de una serie de reuniones académicas, donde se discutieron aspectos de transmisión, diagnóstico, tratamiento y políticas públicas. Ahora que está empezando a ser visible, hay que lograr que el tema no vuelva a perder actualidad ya que, si los trabajos cesan, la enfermedad reaparece. Así ocurrió en Brasil, que recibió la certificación de la OMS en 2005 por la interrupción de la transmisión vectorial, pero al quitarle recursos a los trabajos realizados, el Mal de Chagas Mazza volvió a aparecer. Publicado en La Nación.
Cómo ayudar
El doctor Tomás A. Orduna, jefe de Servicios de Patologías Regionales y Medicina Tropical del Hospital Muñiz, explica cómo puede ayudar la comunidad: "En el área metropolitana, es importante que las personas con posibilidad de haber contraído la infección en el pasado por haber vivido en áreas endémicas lo hagan saber a su médico. Y debe recordarse la posibilidad de adquisición por la vía congénita”. 
Se debe aplicar el tratamiento a los niños nacidos de madre con enfermedad de Chagas. Para ello, cada mujer que da a luz debe ser testeada. 
Si hay hijos de anteriores embarazos que no han sido evaluados, deben concurrir a la consulta para que se les realicen las pruebas diagnósticas adecuadas.
En definitiva, es la comunidad la que debe exigir que se cumplan los objetivos contemplados en la Ley de Chagas y las tareas del programa de Chagas.
Los especialistas señalan que en áreas donde puede haber vinchucas, o en caso de que se encuentre el insecto, es muy importante la denuncia a los programas de control para que se realice la correspondiente fumigación del domicilio y alrededores.
Erradicar la vivienda-rancho
"En los últimos cuatro años ha mejorado mucho el rol, la infraestructura, la presencia y el trabajo del Programa de Chagas desde el gobiernonacional y en la mayoría de las provincias", dice el doctor Orduna.
Agrega que el Estado debe sostener esto en el tiempo y evaluar otras posibles medidas para mejorar la situación de los potenciales infectados o de quienes se encuentran en situación de riesgo. “Sin duda, una medida a implementar en nuestro país es la definitiva erradicación de la vivienda rancho", señala Orduna.

Animales domésticos
Los animales son vectores del parásito. Lo mejor es mantener a los animales fuera de la casa en las zonas más propensas al Chagas. En Córdoba, se creó la vacuna contra el mal de Chagas para animales domésticos y esto ayudó a frenar su propagación.

Una pintura que elimina a brochazos el Mal de Chagas



“Es increíble que tras 100 años de descubrir la enfermedad Mal de Chagas, todavía haya gente que se esté muriendo por este bicho, llamado vinchuca, que habita en las casas más indignas de América Latina”. Así se manifiesta la científica Pilar Mateo, que desde hace 13 años centra su trabajo en buscar una solución a esta enfermedad, que afecta a unos 18 millones de personas en el mundo y otros 100 millones están en riesgo de contraerla, en las zonas de todo América, predominantemente en lugares rurales pobres, donde habita este insecto: chozas o cobertizos de adobe. Estas cifras aportadas por la Organización Mundial de la Salud suponen el 25% de la totalidad de la población latinoamericana.
La científica valenciana Pilar Mateo.
Esta Doctora en Químicas se interesó por esta patologia desde que en 1995 un médico boliviano le solicitó su ayuda. “Aprovechando mi experiencia investigadora diseñé una pintura resinosa que incorpora inhibidores de quitina o reguladores de crecimiento, ecológicamente aceptable que resulta eficaz para controlar directamente la presencia de artrópodos, A nadie se le había ocurrido mezclar insecticida y pintura”, explica  esta científica  que comenzó con pintura insecticida que funcionaba bien en laboratorio, pero que creaba resistencias, hasta que consiguió crear un control regular del ciclo de los insectos.
Esta enfermedad parasitaria tropical, descrita por primera vez en 1909 por el médico e infectólogo brasileño Carlos Chagas, se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud pública y de extrema gravedad del cono sur. De ahí la importancia de los trabajos que realicen los investigadores en este tema, porque “no existe vacuna y para el tratamiento se utilizan medicamentos muy antiguos, con numerosos efectos secundarios”, señala  Pilar Mateo, , que asegura que aunque ya haga un siglo de la existencia de esta enfermedad, los gobiernos “se limitan a realizar fumigaciones con insecticidas”, que generan resistencias de los insectos, entrando en un “circulo vicioso”, al precisar cada vez de más productos químicos para controlar la presencia de las vinchucas en los domicilios. “Así unos salvan la cara mostrando que fumigan todos los años y otros sufren las consecuencias de vivir condenados a servir de alimento de los chinches”, señala esta científica que no cree en las estadísticas públicas, que demuestran que el control de la enfermedad está casi solucionado, porque “la realidad se hace de nuevo insoportable y se recurre otra vez a fumigar”, asegura rotunda.
Imagen de recogida de vinchucas en un domicilio, que posteriormente se pintará con producto Inesfly, por parte del equipo técnico boliviano de Pilar Mateo. Foto: Rosa Castro.
Pero en un mundo globalizado como el nuestro, las enfermedades viajan cada vez más por todo el mundo. En España se calcula que 68.000 personas -latinoamericanos que han llegado a España con la enfermedad- pueden padecerla. “como ocurre en la gripe aviar o en el sida. Cada vez que brota una enfermedad en alguna parte del planeta poco después reaparece en otro extremo del mundo”, señala esta científica.
En los últimos años, Pilar Mateo y su equipo han pintado, con brocha en mano, un total de 12.000 casas en el territorio guaraní del llamado Chaco boliviano. “Hemos constatado que en las casas que se han pintado han desaparecido tanto las vinchucas adultas como los huevos y larvas que se esconden en el adobe de las paredes y el techo. Además, el tratamiento de las zonas externas de las casas ha permitido erradicar la presencia de estos chinches de las casas”. Esta convivencia con los indígenas le ha valido que se la conozca como “la científica que se volvió indígena” y ser nombrada Embajadora honorífica del Pueblo Guaraní para la Unión Europea.
En la ciencia, hay una competencia feroz por conseguir fondos y por contar con el mayor número de publicaciones científicas, pero ” eso dificulta el trabajo conjunto” de entomólogos, parasitólogos, médicos e investigadores para buscar soluciones reales y eficaces en enfermedades asociadas a la pobreza, las denominadas “enfermedades olvidadas”. La experiencia de trabajo de campo en comunidades indígenas y en poblaciones de países como Bolivia, le ha servido a Pilar Mateo, trabajar directamente sobre el terreno y “encontrar más fácilmente soluciones”. Así, en el control de la vinchuca “hemos visto que es tan importante pintar las casas como los peridomicilios cercanos donde los guaranis guardan a los animales. Allí se refugian los chinches a la espera de poder volver a entrar en las casas”, explica, lamentando la excesiva lentitud existente en los tiempos que van desde la investigación básica a la aplicación de soluciones eficaces. “Se hacen demasiados ensayos con protocolos muy complejos y nadie parece nunca fiarse de los resultados de las pruebas realizadas. Sólo grandes multinacionales se atreven a trabajar en este terreno, con el único interés del beneficio monetario de la investigación. En mi caso todas las investigaciones las he realizado con fondos propios con la dificultad añadida que eso supone”, confiesa.
En las comunidades guaranís del Chaco Boliviano, la científica Pilar Mateo y su equipo, examinan viviendas de adobe y proceden a controlar la vinchuca, con la aplicación de pintura insecticidad. Foto: Rosa Castro.
Tras todos estos años de investigación, Pilar Mateo ha logrado crear micro encapsulados bio poliméricos Inesfly especializados en la lucha contra vectores que transmiten otras enfermedades endémicas como malaria. Sobre esta enfermedad, hace unos meses la revista internacional “Malaria Journal” publicó dos artículos firmados por varios investigadores, entre ellos el Pierre Carnevale y Santiago Mas Coma, director del Departamento de Parasitología de la Universidad de Valencia y presidente de la Federación Europea de parasitología. Estos expertos validaban los resultados favorables del uso de Inesfly en el control del mosquito Anopheles, transmisor de la malaria, a raíz de los resultados de un proyecto de investigación realizado por esta universidad española junto con el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo (IRD) de Francia, con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID).
“Este ensayo abre la puerta para la realización de la última fase requerida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para avalar el uso de este producto que puede suponer un hito muy importante para el control de la malaria”, señalan estos investigadores. Esta eficacia de este producto también se está validando actualmente para el control del mosquito mosquito Aedes, transmisor del dengue, en poblaciones del estado mexicano de Tabasco y de Bolivia.
Los científicos Pilar Mateo y Javier Lucientes escuchando a los técnicos del proyecto Inesfly, para aplicar protocolos comunes en la lucha contra el dengue. Foto: Rosa Castro.
En este país, la investigadora Pilar Mateo junto con Javier Lucientes, doctor en Veterinaria y profesor titular de Parasitología y Enfermedades Parasitarias de la Facultad de Veterinaria de laUniversidad de Zaragoza, han puesto en marcha un proyecto científico internacional para luchar contra el dengue, contra el dengue, la fiebre amarilla y otras patologías víricas, que afectan no sólo a países en vías de desarrollo, sino también a países avanzados como España. Esta iniciativa ha sido posible por el apoyo del Departamento de Ciencia, tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón. Se denomina “Aedes Norte-Sur”, se desarrollará a lo largo de tres años, con la financiación de Ibercaja.
El objetivo principal es frenar la incidencia del dengue, que según datos de la OMS, ha aumentado extraordinariamente en los últimos decenios: Unos 2,5 mil millones de personas corren el riesgo de contraer la enfermedad. Para conseguirlo, esta investigación se centra en prevenir y erradicar el insecto que provoca esta pandemia, propio de zonas tropicales y subtropicales, sobre todo en los lugares más pobres de Asia y América del Sur, que ya ha llegado a zonas de Europa y Norteamérica.
Todo esta labor de compromiso por investigar las llamadas “enfermedades olvidadas” o de pobreza, le ha valido a Pilar Mateo para que hace unas semanas fuera elegida una de las 10 Académicas e Investigadora más influyentes de España, según el portal de Internet Mujeres & Cía., que elaboró un ranking de LasTop 100 Mujeres Líderes en España, en ámbitos que van desde la cultura hasta el periodismo. Entre la científicas, estaba Margarita Salas, investigadora honorífica en el Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” .
Ahora, esta científica ha creado la Fundación Ciencia y Conocimiento en acción (CYCA), para trabajar e impulsar proyectos contra las enfermedades endémicas en los países más necesitados tanto desde el punto de vista de la prevención como de la curación de las personas ya afectadas.



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