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sábado, 1 de octubre de 2011

Violencia y escuelas bajo la lupa


Una encuesta entre alumnos de las escuelas medias de todo el país señala que el 70 por ciento de los chicos considera que en su colegio “no hay violencia”, mientras que el 30 por ciento “refiere la existencia de violencia en su escuela”. Los casos más frecuentes de “incivilidad” que se denuncian son por rotura de útiles (32 por ciento), gritos (14), burlas (12) y las “exclusiones” cuando son dejados de lado por parte de sus compañeros (8 por ciento). En el rubro “victimización por violencia”, se afirma que “menos de uno de cada diez” de los encuestados dijo haber recibido “amenazas de daño” por parte de otros alumnos, mientras que “las formas de agresión que implican daño físico” concreto fueron señaladas por “menos de uno de cada ocho” de los encuestados. El dato más grave del reporte del Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas, al que tuvo acceso Página/12, es que el 1,26 por ciento de los chicos dijo haber llevado armas de fuego a la escuela, mientras que un 2,8 por ciento fue al colegio con armas blancas entre los útiles escolares.
El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, se refirió ayer a los hechos de violencia ocurridos el lunes en la Escuela Secundaria 11 de Pergamino, donde su director, Ricardo Fusco fue golpeado por la madre de un alumno. Sileoni admitió que esos casos “no son aislados”, pero tampoco constituyen “una epidemia”. Para el ministro, la escuela “es un escenario de paz” y convocó a los padres a acompañar a los maestros. Dijo que en Pergamino “se rompió un código básico”, pero rescató el hecho de que Fusco “después de haber recibido una fuerte agresión” haya ratificado “el valor de una escuela inclusiva”. Señaló, además, que la madre agresora tiene “quince causas por lesiones y está presa por coacción agravada”.
En el informe del Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas se aclara que los datos más recientes, de 2010, “todavía están en proceso”, pero de todos modos anticipa que sus resultados “desmitifican a la escuela como un lugar inseguro para los chicos y los jóvenes que concurren a ella”. Luego se aclara que las agresiones que nutren la tasa de “victimización por violencia” tienen este orden de importancia: “amenazas de daño” que no se concretan, “golpes o lastimaduras”, “amenazas o lesiones” por parte de “patotas” o robos “por la fuerza o con amenazas”. La encuesta se hizo entre estudiantes tanto de EGB como de Polimodal de establecimientos públicos y privados de todo el país.
De acuerdo con el informe del Observatorio, los datos por nivel de escolaridad determinan que “las situaciones de violencia disminuyen en el nivel de Polimodal”, lo que significa que “progresivamente y a mayor nivel de escolaridad, la violencia disminuye”. En lo que respecta al tipo de gestión educativa (estatal o privada), se dice que “no hay mayores diferencias entre las distintas formas de victimización, a excepción de su forma más frecuente, la rotura de útiles, que registra una presencia mayor en los reportes en las escuelas de gestión privada”.
Respecto de la portación de armas en las escuelas, considerado como “un hecho grave”, es sin embargo “una práctica que constituye sólo hechos aislados”. Allí es cuando se admite que “el 2,8 por ciento (de los alumnos consultados) dice haber llevado alguna vez armas blancas a la escuela, mientras que el 1,26 por ciento dice haber llevado armas de fuego”.
En cuanto a la actitud de los docentes, los alumnos consideran que “en general intervienen en la resolución de problemas de convivencia”. Se acota que en los lugares donde los estudiantes tienen ese concepto de sus profesores “disminuye sensiblemente la cantidad de episodios de violencia que manifiestan haber sufrido o presenciado”. Por tal motivo, en el informe se resalta que “es mucho lo que los docentes y la comunidad educativa en su conjunto pueden hacer en relación a la disminución de episodios de violencia en las escuelas”.
El Observatorio fue creado en 2004 por el Ministerio de Educación nacional y la Universidad Nacional de San Martín, luego de la llamada Masacre de Carmen de Patagones, ocurrida el 28 de septiembre de ese año cuando un chico, al que se conoce como Junior, asesinó a balazos a tres compañeros. El organismo investiga casos de violencia en las escuelas desde una perspectiva interdisciplinaria. Se organizan charlas y actividades en lugares donde ocurre un hecho de esta naturaleza. Hace un par de semanas se hicieron jornadas de reflexión, con docentes y alumnos, en una escuela de Corrientes donde un chico atacó a otro con un cuchillo.

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